Investigadores del MIT consiguen mejorar hasta un 40% la eficiencia de las bombillas incandescentes tradicionales

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Un equipo de investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) desarrolló una técnica que puede mejorar significativamente la eficiencia de la bombilla incandescente tradicional gracias a una nueva manera de reciclar la energía de residuos, centrada en el filamento donde se reemite luz visible.

Estas bombillas emiten luz a través de la electricidad, pero son tremendamente ineficientes porque solo convierten en luz un 2 o 3% de la energía que utilizan, mientras que el resto se pierde en forma de calor. Este es el motivo por el que se ha prohibido su fabricación en la Unión Europea, Canadá o Estados Unidos, y por el que muchos activistas ecologistas se oponen a su uso.

En todos estos lugares han sido reemplazadas por fluorescentes más caros y compactos (CFL) y por las bombillas led, que son significativamente más eficientes, al convertir en luz en torno al 13% según los expertos.

Ahora, los investigadores del MIT han desarrollado una técnica que podría convertir la debilidad de la bombilla incandescente tradicional en una fortaleza. A través del uso de la nanotecnología, han creado una estructura que rodea el filamento de la bombilla y capta la radiación infrarroja que se escapa.

El estudio, publicado en «Nature Nanotechnology«, apunta que la estructura está hecha de finas capas de un tipo de cristal de que controla la luz. Además, existe un aspecto clave, que es la forma en que estas capas se apilan. Por su parte, las longitudes de onda visibles les permiten pasar a través, mientras la emisión infrarroja reflejada regresa al filamento, como en un espejo.

Los científicos del MIT indican que las estructuras cristalinas podrían aumentar la eficiencia de las bombillas incandescentes al 40%, lo que supone una eficiencia tres veces superior al de las bombillas LED o bombillas CFL que existen ahora en el mercado.

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